(Opinión publicada en el blog de Il fatto quotidiano, el 6 de agosto de 2012. Versión italiana aquí)
Fíjense en este hombre. Si son un poco perspicaces se darán cuenta que algo grave le ocurre.
Dirían de él que es alguien desesperado que, cabizbajo, exprime las neuronas en busca de una solución a un problema urgente.
Es muy probable que no le conozcan. Permítanme que se lo presente. Andreu Mas-Colell es el consejero de Economía de la Generalitat de Catalunya, una de las comunidades autónomas de España más prósperas hasta la fecha. Seguro que han visitado o han oído hablar alguna vez de su capital, Barcelona.
Cuando los diarios muestran en portada esta fotografía (de finales de julio), no es necesario leer el titular ni el contenido de la noticia que ilustra la imagen. Las cosas van mal. No sólo en Catalunya, si no en toda España.
Se puede ser optimista pero al salir a la calle, en los bares, entre amigos, las conversaciones se solapan con palabras muy pesadas: ERE (Expediente de Regulación de Empleo) y paro (un 22% en Cataluña, en España, un 24%, lo que significa 5.693.000 de ciudadanos sin trabajo). El otro gran término, en boca de todos, es la prima de riesgo que cada día está más alta.
La Generalitat de Catalunya encabeza la lista de comunidades autónomas españolas más endeudadas, con un déficit de 42.000 millones de euros. Junto a ella, Valencia y Murcia.
Ante esta situación, parece que el único recurso es el ‘Rescate’. Una palabra que nunca se hubiera querido pronunciar desde Cataluña a un gobierno de derechas como el del presidente Mariano Rajoy. Pero la situación es insostenible y hace apenas unos días, Mas-Colell anunciaba que si el gobierno central no le ayuda, no podrá mantener los servicios sociales ni pagar a partir del próximo mes.
Quienes no tengan el contexto político-social-histórico de Catalunya en mente han de saber que los catalanes hace tiempo que ‘le damos vueltas’ a la independencia del resto de España. Algo harto complicado y prácticamente imposible, por ahora.
Una medida a medias sería conseguir una hacienda propia que nos permitiese administrar y gestionar nuestras finanzas. Aunque Rajoy se niega en rotundo, por ahora, ya que ello supondría una España con excepciones.
Queja globalizada
La situación actual es que España entera necesita un ‘Rescate’ y mira hacia el norte de Europa con la mano extendida pidiendo ayuda. Creo que en esto vamos de la mano de Italia.
Entre tanto, en nuestras calles se suceden las quejas y concentraciones por alguna ley nueva puesta en vigor sin que apenas hayamos tenido tiempo de digerirla.
Por ejemplo, la subida del IVA del 8% al 21% para todas las actividades culturales que ha puesto en pie a un sector que lleva mucho tiempo sufriendo. ¿Qué puede ser de un país con poco acceso a la cultura? Los libros de textos en las escuelas costarán más en el momento que podemos pagar menos. Madrid y Barcelona vivieron jornadas de se protestas masivas hace apenas unos días.
Forma parte ya del pasado inmediato (principios de julio) las violentas movilizaciones de los mineros españoles por el drástico recorte en las ayudas de producción al sector. Llevan más de 65 días en paro y, aunque en algunas ciudades se ha reemprendido la actividad, las protestas continuarán en los próximos meses.
Nos anuncian subidas en los transportes públicos, en el pago de los medicamentos por receta y recortes en sanidad, educación, innovación científica, tecnología, ayudas sociales, etc… ¿Esto nos ayudará a salir de la crisis?
Hace un par de meses, el Premio Nobel de Economía del 2008, Paul Krugman, anunció el fin del euro en su columna del The New York Times y vaticinó para España un corralito.
Se puede ser optimista pero cuando los responsables de las finanzas públicas se muestran cabizbajos ante los ciudadanos…. algo anda bastante mal.
Esperemos que Krugman se equivoque esta vez en sus previsiones.
¡Hasta pronto!
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